Mafalda

Mafalda
Hoy quiero vivir sin darme cuenta

jueves, 6 de enero de 2011

En este momento

Existe a veces tanta autodestrucción en nosotros que olvidamos que las manifestaciones que presenta nuestro entorno dependen de nosotros mismos, de cómo es que llevamos nuestras dificultades o problemas al exterior, y como es que vemos la vida a nuestro alrededor.
Y aunque veces no es fácil ponerle una sonrisa al día porque la depre no te deja o simplemente porque no encuentras un motivo para hacerlo, recuerda que siempre puede llegar un día de esos en que como diría Mafalda –hoy quiero vivir sin darme cuenta- y una gran sonrisa salga de tus labios. Porque a veces no importa si eres gordo o delgado, blanco o negro; al final, en la soledad, estarán tu y tu alma pensando en porque no te diste ese pequeño placer: un chocolate, una sonrisa, un beso…
Quizás los efectos del jarabe para la tos y una canción de lo mas optimista, es lo que me inspiro a pensar así. Que una sonrisa puede cambiar tu mundo, te puede cambiar a ti.
Es como un círculo vicioso lleno de alegría y de amor; tú le regalas una sonrisa a alguien y ese alguien a otra persona y así sucesivamente. Es bellísimo. Seria tan utópico como encontrar asiento en el metro Hidalgo a la hora pico.
Olvida ya lo que paso: Ya lo pasado, pisado. En fin no arreglaras los errores que has cometido, simplemente puedes evitar cometer algunos mas. La autodestrucción es eso, destruirte tu solito; te juzgas por ser gordito o por ser flaquito, por no seguir la dieta o por ya no ir al gym. Pero que importa si dentro de ti existe tanto para dar.
Cierto, a veces no aprendemos a ver mas allá de nuestra pequeña nariz pero de vez en cuando si te asomas y eres lo suficientemente hábil, encontraras una gran sonrisa esperándote, allá, afuera de tu mundo.

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